Torreon, Coah.
Edición:
18-Mar-2024
Año
21
Número:
898
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¿SERÁ VERDAD? / 827


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Por:
La Comadre
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12-06-2022
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Edición:

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POR: LA COMADRE

¿Quién ganó y quién perdió en las elecciones del pasado domingo 5 de junio? No hay duda de que el partido que logró el mayor avance en las elecciones fue Morena, al conquistar cuatro entidades en las que era oposición: Hidalgo, Tamaulipas, Oaxaca y Quintana Roo. La alianza opositora refrendó en Aguascalientes y Durango.

El domingo pasado se confirmó que el Presidente López Obrador sigue siendo el factor, no estuvo unas boletas, pero como si hubiera estado. La oposición no pudo capitalizar la presunta inconformidad ciudadana contra Morena y el “obradorismo”, aunque o justamente por ello, su discurso sigue estancado en la diaria descalificación estridente de la llamada “4T”, en tales términos, se supondría que esa molestia, esa supuesta ira contra Morena y sus personajes relevantes, devendría en contundentes derrotas electorales, lo que no está sucediendo.

Los resultados perfilan derrotas contundentes para el PRI en las dos entidades que gobernaba: Hidalgo (sin alternancia desde que nació el PRI en 1929), y Oaxaca. Ambas entidades, entregadas por negociaciones distintas.

El bastión hidalguense se enfiló a la derrota desde que el dirigente nacional del PRI, “Alito” Moreno, hizo “acuerdos en lo oscurito” –según acusó el gobernador Omar Fayad– para designar candidata, vía el PAN, por la alianza “VXM” a Carolina Viggiano, secretaria general del PRI y esposa del coordinador de los priistas en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira. Además, supuestamente prometida por el gobierno a cambio del voto priista a favor de la Reforma Eléctrica. Tema que no se concretó y el PRI acabó furiosamente destrozado por Morena, con el senador Julio Menchaca. Finalmente, ganó Humberto Moreira.

El caso de Oaxaca, fue obsequiada a Morena por el gobernador Alejandro Murat y por la cúpula del PRI, desde antes de iniciar la contienda. Eligieron a un candidato gris, Alejandro Avilés, para enfrentar al de Morena, Salomón Jara, uno de los luchadores de izquierda con mayor trayectoria.

Durango fue “la tierra madre de todas las batallas” en la pasada jornada electoral, es el único estado donde un priista, Esteban Villegas, postulado por PAN en la alianza “VXM”, sorprendió y dio la batalla desde el arranque, venciendo con amplio margen a la morenista. Las dificultades de Morena tienen como antecedente la postulación forzada e impugnada de Marina Vitela, dejando fuera al senador José Ramón Enríquez.

Muy temprano, poco antes del arranque de la jornada electoral se daba una noticia: varios operadores de la candidata de Morena, entre ellos un trabajador de la Cámara de Diputados, fueron detenidos presuntamente con recursos para comprar votos; pero lo que no se informó y que sí reveló un video fue que andaba con ese grupo José Octavio Villaseñor, diputado local en la CDMX, y que también fue detenido.

En Quintana Roo –aun y cuando Leslie Hendricks hizo la lucha–, el juego del PRI fue más bien visto como un “boicot” a la formación de la alianza “VXM”, para favorecer el señorío del Partido Verde, aliado ahora con Morena, en la figura de Mara Lezama.

En Tamaulipas, el priismo regaló a Morena su candidato: Américo Villarreal, priista por más de 30 años e hijo del ex gobernador priista del mismo nombre. En Aguascalientes el PRI simplemente no pintó. Se sumó al PAN, partido gobernante. Triste papel del otrora partidazo.

A reserva del análisis post–electoral que permita apreciar la distancia o cercanía en los triunfos de Morena y de sus adversarios, vale advertir que hubo un duelo de estructuras no sólo ciudadanas, sino también aquellas aceitadas por poderes y finanzas locales y nacionales.

Lo vivido el pasado domingo no alienta la expectativa de que se estén superando añejas prácticas ante las cuales las autoridades electorales –el INE y los Organismos Públicos Locales Electorales– siguen comportándose con una rigidez procesal, con una obstrucción de los sentidos básicos que no les permite “ver” ni “oír” lo que sucede, dejando todo, a fin de cuentas, a una especie de permisividad de lo anómalo, en aras

de resultados finales que terminarían haciendo innecesarios los castigos por las adulteraciones habidas en el camino.

Por lo pronto, en los cuatro estados ganados sin gran problema por Morena hay gobernadores oficialmente no morenistas que quedan en espera de cargos diplomáticos o alguna otra compensación por haber abatido las banderas de sus partidos y propiciado el triunfo del partido oficial: Omar Fayad, Alejandro Murat y Carlos Joaquín. En Aguascalientes, el “obradorismo” dio una fuerte pelea al predominio histórico de la corriente conservadora en el poder, actualmente, con Martín Orozco como gobernador.

Sin embargo, las lecturas que generarán polémica y hasta posibles movimientos internos serán las que se miren desde las derrotas y estado por estado. Ahí, ningún triunfalismo los puede salvar.

Las victorias de la oposición tampoco son menores y serán el argumento principal para decir, que en el 2024 ¡hay tiro!; a lo que el presidente López Obrador, respondió: ¡a la salida nos vemos!

Con los resultados que se proyectan de la pasada elección, ahora en el terreno electoral hay tres prioridades: organizar las elecciones de gobernador en Estado de México y Coahuila, la construcción del presupuesto del INE para 2023, la preparación para la sucesión de Lorenzo Córdova y elección de un nuevo presidente del INE.

Lo que suceda en el 2024 no estará definido sólo por popularidades, clientelismo e ideología, sino también por la realidad específica de las tesorerías y su capacidad de habilitar los respectivos ejércitos electorales. Un ejemplo de ese pragmatismo se ha dado justamente este pasado domingo.

No se trata sólo de la Presidencia de la República, también del Congreso, el cual se renovará en su totalidad, además, muchas gubernaturas, congresos locales y municipios que estarán en juego incluyendo la CDMX.

Morena se va a enfrentar ahora al hecho de que tendrá que administrar un conjunto de poderes regionales con gobernadores con perfiles muy diferentes y en donde es probable que tenga un mayor proceso de desgaste.

Los morenistas han hecho una apuesta por la inmediatez, más que por la reflexión y las eventuales enmiendas, están trabajando por posicionar un “proyecto”, ya tienen el 70% del territorio nacional, el PRI y PAN están luchando por seguir vivos y sin proponerles nada a los ciudadanos, es la enorme diferencia.

Conforme se conocen los detalles del pasado domingo, se reflexiona mejor la dimensión de la caída del PRD. En varios estados, donde tenía una presencia discreta, pasa a perder su registro, prácticamente, desaparecerá del mapa electoral ante el mezquino respaldo ciudadano.

Hace seis años el PRI tenía 14 gobernadores y era el partido que controlaba más estados. Con el resultado del pasado domingo, se habrá quedado –exclusivamente– con tres gubernaturas: Estado de México, Coahuila y Durango, en alianza con PAN y PRD.

El porcentaje de votos que el PRI obtuvo en las elecciones de 2021, y que ascendió a 18%, le permitió mantener una presencia relevante en la Cámara de Diputados, en la cual constituye la tercera fuerza partidista. Sin embargo, en términos de la presencia regional, ese porcentaje no se refleja y se percibe en un virtual declive.

Desde que “Alito” Moreno llego a la dirigencia del PRI, ha perdido tres cuartas partes de los estados que gobernaba. De milagro salvo el PRI su registro en Quintana Roo, porque en la elección de diputados locales alcanzó el 4.9%, necesario para mantener y tener, máximo, dos legisladores en el congreso quintanarroense, claro, plurinominales, porque de mayoría no ganó una sola, tampoco le alcanzó para evitar que pidan su renuncia.

Hay un problema en la dirigencia del partido y no puede seguir culpándose al pasado del PRI. No se ve que la oposición pueda presentar un frente cohesionado, amplio y fuerte para el 2024. Si la alianza “VXM” quiere que ¡haya tiro!, el PRI debe renovarse.

El dirigente nacional del PRI, recibe fuego a discreción, le tiran desde adentro y desde afuera de su partido, capotea como puede a las críticas, evade su responsabilidad, trata de seguir como si no hubiera pasado nada. ¿Qué celebra “Alito” Moreno? ¿Cuándo va a entregar su dirigencia al paso que va con solo dos estados gobernando? Coahuila y Estado de México.

Sin duda, perder el apoyo de Claudio X. González –el dueño de la alianza “VXM”– será muy difícil de superar. El empresario, le envió un mensaje contundente: lo quiere fuera de la alianza “VXM”, y por eso la organización que preside, “Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad” (MCCI), reveló supuestas triquiñuelas del todavía dirigente priista.

Se han fijado, que algunos políticos sean burdos en poner sus propiedades en comodato, otros, crean empresas para ocultarlas y unos más las reparten entre familiares. El caso es que ningún político tiene nada, todos viven modestamente.

“Alito” Moreno y su grupo –compacto– podrán resistir todavía un poco, pero advertimos lo siguiente, se están desprendiendo los alfileres que lo sostienen de la dirigencia del partido.

Las próximas elecciones estatales que tendrán lugar en un año serán cruciales para definir el proceso de sucesión presidencial. Si Morena lograra ganar el Estado de México, que es la entidad con el mayor número de electores y una de las pocas en las cuales no se ha dado alternancia, estaría en la antesala de retener la presidencia de la República.

Se comenta en la CDMX que hay una lucha mediática entre el PAN y MC por la estafeta de la oposición, tras las elecciones del pasado domingo, el líder nacional panista, Marko Cortés, y su homólogo emecista, Dante Delgado, presentan a sus partidos como una verdadera oposición con miras en 2024, lo cierto es que eso aleja una posible alianza.

Cuando fue alcaldesa Marina Vitela, no puede decirse que su gobierno fue pésimo, simplemente no hizo nada. Tenía una aprobación del 30% el año pasado, pero el camino que eligieron fue peor y así se fue a la candidatura.

Quien no resistió las ganas de burlarse, fue el diputado federal con licencia Omar Castañeda González de Morena, por la estrepitosa derrota que sufrió su partido en Gómez Palacio, donde era candidata Betzabe Martínez Arango, y él había peleado por ser candidato. Al confirmarse la derrota de Marina Vitela, organizó junto con exempleados despedidos injustificadamente, llevar un mariachi a las puertas del ayuntamiento, para cantarle “las golondrinas” a la morenista que están por desalojar, dicen por ahí, que también de dolor se canta.

Luis Fernando Salazar anda por las mismas, se quemó sin antes llegar y ahora quiere ser candidato a gobernador. Hoy, utiliza como vocero y promotor de su candidatura al ex candidato a diputado federal Antonio Atollini, conocido por ser parte del movimiento “Yo Soy 132”, quien en su campaña llego a traer 12 puntos de ventaja sobre Toño Gutiérrez Jardón, y al final perdió. Parece una tendencia de Morena que en algunas entidades norteñas, llegan muy inflados y no se sostienen el día de la jornada electoral.

Por cierto, él que trae todas las “canicas” para jugar y quedarse con la candidatura de Morena, aunque no sepamos cuál vaya ser el método de selección, es el Subsecretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Berdeja, quien ha dejado en claro, su intensión en ser gobernador de Coahuila. Es un secreto a voces, que tiene el respaldo político del Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, y hasta del presidente López Obrador.

En sus redes sociales, se puede observar gran parte de las actividades políticas que realiza Ricardo Mejía, los encuentros con liderazgos sociales de múltiples corrientes políticas, las reuniones con empresarios y los videos de recientes visitas –cada más frecuente– a territorio coahuilense.

Ahora, el gobernador Miguel Riquelme –quien salió como el mejor evaluado en la más reciente encuesta de gobernadores– tiene la oportunidad histórica de decirle a Rubén Moreira que “ya no lo necesita más”. Y alzar la mano para dirigir el rumbo nacional del partido.

En un primer escenario, si Miguel Riquelme, logra jugar bien “sus cartas” y consensar un bloque que lo respalde con políticos de la talla de Manlio Fabio Beltrones, Roberto Madrazo, Luis Videragay, Alfredo del Mazo, Ernesto Zedillo, Carlos Salinas de Gortari, entre otros. No solo lograría asumir la dirigencia nacional del PRI, sino hasta la “candidatura presidencial” en el 2024.

Esto nos lleva a un segundo escenario, ¿Quién sería el gobernador interino? Indudablemente, el control político tendría que recaer en un torreonense: Lalo Olmos, Verónica Martínez o Román Alberto Cepeda. Ahora, el tercer escenario es, ¿Quién sería el alcalde interino de Torreón? Como todos saben, el inicio de la administración “cepedista” no ha sido nada fácil, por ello, se requiere que el alcalde interino sea un actor de relevancia política con la capacidad suficiente para imponer un estricto control administrativo, solo hay uno: el subsecretario de administración Xavier Herrera Arroyo, hombre de todas las confianzas de Miguel Riquelme. ¡Veremos y diremos!

Nos reportan, que el lagunero e influyente ex subsecretario de administración, Alejandro Froto García, estuvo de visita en Torreón, atendió agenda de trabajo con su nueva responsabilidad como Director General de la Televisora “Enlace 13”. También, aprovecho para reunirse con sus amigos y ex colaboradores Arturo Rodríguez Gámez, Rodrigo Hernández Román, y de manera virtual –desde Texas– Héctor Yassín. Dicen, dicen que pronto estarán de vuelta, no los pierdan de vista que juntos son dinamita pura.

El pasado viernes, rindió protesta como dirigente municipal del PRI en Torreón, la senadora Verónica Martínez. Y como lo habíamos comentado, Shamir Fernández se quedó con las ganas de dirigirlo, es el mejor evaluado entre los priistas torreonense, no hay duda.

A propósito, el Profe Mario Cepeda siempre ¿se fue o no del PRI? Luego de la detención de Juan Pablo ´N´, nos reportaron, que su círculo más cercano se puso muy nervioso, entre ellos, su hijo Mario Cepeda Jr. (a) “El Mayin”, la regidora Xóchitl Cepeda, Fernando López Pérez, su “compañera” Silvia Garza, Víctor Navarro Arratia, porque todos tienen amplia cola que les pisen. ¿Quién doblo a quién? Será cierto esa frase que dice “exitus acta probat” –el fin justifica los medios–

Nos ha estado informando que el Director de Servicios Administrativos de Torreón, Víctor Manuel Navarro Arratia, literalmente, da “toques”, ya nadie de sus colaboradores quiere firmarle las requisiciones, contratos u órdenes de pago en el ayuntamiento, incluso, han llegado al extremo de auditarle –internamente– cada expediente de adquisición o contratación de servicios, porque no saben en qué momento les va picar los ojos y llevarlos al baile, ¡aguasss!

Nos leemos en la próxima… ¡no olvides compartirla!

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