Matamoros, Coahuila.-
Cada día que pasa se incrementa la desesperación, ahora no de los matamorenses que están decepcionados del actuar de Lacho (ra) Piña, sino de la responsabilidad que le fincarían a sus colaboradores que le ayudaron a desviar recursos del erario.
Es que tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata, que en la polla van los titulares de deportes, aquellos que cobran las entradas en la unidad deportiva, en el estadio y la de pasto sintético, cuyas utilidades no van a parar a las cajas de tesorería, sino se le entrega directamente al papá del caguamas, para que compre sus tekates y se divierta comprando anzuelos para dar rienda suelta a su jobie que es la pezca.
Donde también están enfocadas las baterías es en el rastro municipal, convertido en toda una minita de oro, los cobros por concepto de matanza de animales, van a dar a los bolsillos del primo incómodo.
Indudablemente que la Dirección de Seguridad Publicación, también hay una fuerte fuga de dinero, multas estratosféricas que a diario perjudican los bolsillos de los parroquianos, a quienes por tomarse una cerveza gastando 20 pesos, cuando los detienen deben de cubrir multas hasta de mil 500 pesos, mismos que no ingresan a las arcas.
Y para cerrar con broche de oro en el tema monetario, las pingües ganancias que, por moches, les deja el dueño de las grúas que da servicio de arrastre al municipio, cobrando mínimo de tres mil quinientos pesos por el traslado de una motocicleta que participa en algún accidente.
De ese dinero, una comisión se le entrega al director de la corporación que toma conocimiento del suceso, aparte de la tajada al regidor comisionado a Seguridad Pública y de la correspondiente partida para las caguamas de (ra) Piña.
El negocio redondo se extiende al departamento de plazas y mercados, donde los inspectores salen a recaudar, día y noche, las cuotas de los comerciantes fijos, semifinos y ambulantes, a quienes muchos de ellos no les dan recibo o de plano están clonados para poder desviar el recurso que tampoco ingresa a tesorería.
En el Sistema Municipal de Agua y Saneamiento, están trabajando con números rojos, muy rojos, lo recaudado entre usuarios domiciliarios y comerciantes, nunca será suficiente para cubrir los gastos operativos que son muy elevados, aparte del desvío de recursos porque de todos es sabido que la hermana incómoda del caguamas, que es la que hace y deshace ahí, o sea Lili Piña, a diario llega a recoger miles de pesos que no ingresan a sus cajas.
Mucho trabajo tendrá Miguel Ángel Ramírez López, una vez que tome posesión el uno de enero del 2022, como presidente municipal de Matamoros, los protocolos políticos son una cosa y los legales otra, no puede ni debe dejar pasar el millonario desvío de recursos propiciado por Lacho caguamas, hasta el momento serían unos 57 millones de pesos, según denuncia permanente que hace la regidora Liz Inungaray, que se ha convertido en la piedra del zapato de (ra) Piña.
Por si esto no fuera poco, el Charrito deberá cabildear con sus regidores, entre los que se encuentran los de Morena, que llegarán con la espada desenvainada para exigir se aplique la justicia en contra de quien los traicionó una vez que lo llevaron a ganar la alcaldía de Matamoros.
Si a Lipe Medina lo metieron al bote por menos de 500 mil pesos, seguramente a Lacho caguamas le darán casi cadena perpetua, al no justificar los más de 57 millones de pesos, más lo que se acumule al 31de diciembre.
Como dijo el finadito Fidencio Treviño, de ese pelo están las cosas en el golpeado municipio de Matamoros, ex esperanza de Coahuila.
