Torreon, Coah.
Edición:
18-Mar-2024
Año
21
Número:
898
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La alameda de San Marcos, Loreto; Zacatecas / 732


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Por:
Sin Censura
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15-02-2020
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POR: GUILLERMO OROZCO R.

La Hacienda de San Marcos, fue un latifundio  que tuvo sus orígenes en el siglo XVIII, fue expropiado con fundamento en la ley Agraria del 6 de enero de 1915 y repartida una gran fracción de la misma junto con sus dos presas, -la denominada presa chica y la llamada presa grande-  a 145 solicitantes el 20 de agosto de 1918. Desde el 3 de Septiembre de 1933 el casco de esa  hacienda alberga a la Escuela Normal Rural Gral. Matías Ramos Santos, cuyos alumnos provenían de la similar escuela normal ubicada en Río Grande Zacatecas.

San Marcos como hacienda, fincó su poderío en la explotación agrícola y ganadera a gran escala que reportaba semanariamente durante el año fuertes ingresos. Con este ritmo perduró hasta ser expropiada

A todos los alumnos del internado siempre nos llamó la atención, admiramos y seguimos admirando  el casco de la hacienda o edificio central, con sus arcos y sus hermosos acabados de cantera, además de la simétrica calzada donde se localiza la alameda, que más bien es una alameda fresnada, porque a los centenarios álamos se le tuvieron que intercalar fresnos por ser más aguantadores ante la falta de agua. Esa arboleda era el camino principal a la población de Bimbaletes, que un tiempo fue la cabecera municipal de San Marcos.

La alameda de San Marcos ¡Es única en todo el Estado de Zacatecas!, -afirma el Profesor Enrique Ángel Reyes Valadez- porque ofrece singulares encantos en cualquier estación del año: Si es primavera: el abundante follaje esmeralda de sus ramas. Si es verano: el fresco túnel de su sombra. Si es otoño: su natural lluvia de hojas que caen apresuradas para dar metafóricamente hablando digno recibimiento de confetis o papel picado a todo transeúnte que por ella pasa, pisando la esplendorosa alfombra ámbar de sus ya caducas hojas. Y si es invierno: sus altas, rugosas y retorcidas ramas que asemejan suplicantes brazos que se levantan al cielo, agradeciendo a la naturaleza su benevolencia por haberles concedido la gracia de una vida ya casi bicentenaria.

La Alameda de San Marcos fue plantada durante los meses de marzo a noviembre del año 1863, igual que el resto de todas las arboledas que existen en el Estado de Zacatecas, incluyendo las de Aguascalientes que aunque se separó de Zacatecas el 23 de mayo de 1835, seguía teniendo gran influencia de su entidad original.

En mi natal comarca lagunera  también proliferaron estas cortinas de árboles, (álamos, pinabetes, mezquites y huizaches), aunque es casi seguro que su plantación se dio a partir  de 1886, año en que Doña Luisa Ibarra viuda de Zuloaga acosada por el agio de la época tuvo que desprenderse de gran parte del  enorme latifundio que tuvo como centro neurálgico  la hacienda de Santa Ana de los Hornos, en el municipio de Viesca, Coahuila.

Las alamedas y arboledas zacatecanas incluyendo la de San Marcos aparecen gracias a la iniciativa  del Gobernador del Estado de Zacatecas el Señor Severo Cosío, quien mediante un decreto expedido el 17 de enero de 1863,  ordena a las asambleas municipales y las autoridades políticas, promover, por los medios que estén a su alcance, el plantío y la conservación de arboledas en todos los pue­blos, y muy particularmente en los puntos inmediatos a los ojos de agua, prefiriendo en ellos la plantación de sabinos, álamos, sauces u otros árboles análogos al terreno y al clima.

Cada presidente de asamblea municipal, tenía la obligación de plantar anualmente y conservar por su cuenta al menos cien árboles en los caminos públicos, con pena de veinticinco hasta quinientos pesos en caso de incumplimiento.

Algunas estrategias para motivar la reforestación fueron la generación de lluvias, sombra y agua para las bestias de tiro, caminos atractivos y comodidad para los viajeros al ir a cabeceras de Villas, Partidos Políticos y Ciudades. Todas las arboledas que aún existen son o fueron caminos, San Marcos, San Nicolás de Quijas (Hoy el Nigromante), la Pendencia, Santa María de los ángeles y el Lobo.

El decreto también ordenaba la plantación de frutales: Nogales, duraznos, chabacanos, ciruelas, peras, perones, membrillos, cítricos, moreras, etc., todo se incrementaba cada año, desde 1863 con la aparición del decreto por todo Zacatecas.

En San Marcos, más que en ninguna otra hacienda se siguieron plantando anualmente las cantidades de árboles requeridas, por eso la alameda tuvo tres carriles y siguiendo las márgenes del arroyo San Antonio, llegó hasta los límites de la hacienda rumbo a Aguascalientes.  El último dueño Genaro G. García Rojas puso todo su empeño en las arboledas desde un principio y aun siendo Gobernador de Zacatecas entre los años de 1900 a 1904, dio debido mantenimiento a la Alameda de San Marcos.

Actualmente la  alameda de San Marcos va en acelerada decadencia, igual que el resto de las arboledas de muchos lugares, pulmones valiosos y legendarios que dieron vida a muchas comunidades, las autoridades y los propios habitantes han perdido la conciencia de preservarlos.

¡Urge una campaña de rescate! Antes de que sea demasiado tarde; porque si no es así, las generaciones futuras y el medio ambiente sufrirán lamentables consecuencias y en esos lugares sólo reinará el silencio. Al fin que la alameda o -alameda fresnada-  de San Marcos, es parte importante de la historia regional, más bien es patrimonio ecológico de la región.

Fuentes.- La alameda de San Marcos. Reyes Valadez Enrique Ángel, Cronista de Loreto,  Zacatecas.

Acta que da fe de la fundación de la Escuela Normal Rural “Gral. Matías Ramos Santos” de San Marcos; Zacatecas.

Guillermo Orozco Rodríguez.-. Torreón; Coahuila a 17 de febrero de 2020.

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