POR: EDUARDO GRANADOS PALMA
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Tendría unos doce años cuando vi volar a mi madre entre los aires. Vacacionábamos en el Puerto de Veracruz cuando nos agarró aquel famoso y mortal Huracán de nombre Gilberto que asoló en 1988 el Caribe y varios estados del Golfo de México durante nueve días, considerado el huracán más intenso jamás observado en la cuenca del Atlántico, hasta que el huracán Wilma lo superó en 2005. Gilberto mató a 350 personas y le destrozó el tobillo en una decena de fracciones a mi madre, al grado que a pesar de varias cirugías jamás recobró movilidad en su pie, y continúa siendo el huracán más intenso que ha tocado tierra en México al grado que en nuestro país se le conoce como el Huracán del Siglo XX y en Cuba como El Huracán Asesino. Sin embargo una serie de huracanes mortales han azotado con agresiva intensidad nuestro planeta. Desde 1900, se han formado más de 650 huracanes en el Atlántico. Sin embargo, desde 1995 se han hecho cada vez más frecuentes los de categoría 3, 4 y 5 con consecuencias más catastróficas tanto en términos de pérdidas materiales como de vidas humanas. El más reciente, Dorian, que dejó una decena de muertos es su paso por Bahamas, pero se teme que el número de víctimas sea mayor debido a la destrucción que ahora empieza a ser visible en las islas. Mientras en la costa de Estados Unidos afectada por el huracán se ordenan evacuaciones forzosas para evitar bajas, la cadena de televisión CNN ha comenzado a emitir imágenes aéreas de la isla Gran Ábaco, que muestran escenas de daños catastróficos, con centenares de viviendas sin techo, coches volcados, enormes inundaciones y escombros por todos lados. Los habitantes de las Bahamas han soportado horas y días de terror, temiendo por sus vidas y las de sus seres queridos. Recordarán por tanta difusión y publicidad a mediados de octubre del 2015, en México enfrentamos el huracán Patricia, considerado el más peligroso del mundo. Este alcanzó el nivel 5 de la escala de Saffir-Simpson y sus vientos llegaron a superar los 325 kilómetros por hora. Afortunadamente, Patricia perdió intensidad al entrar en contacto con la tierra, sin generar la monumental catástrofe prevista. Este no fue el caso de otros huracanes de la historia, que, sin detener su marcha, arrasaron con ciudades enteras, llevándose la vida de gran cantidad de personas. Año con año enfrentaremos temporadas de huracanes cada vez más agresivos debido al calentamiento global. Es una irresponsabilidad no estar preparados pues la historia como siempre nos deja constantes advertencias, y ya estamos advertidos.
