En la reunión de las amigas con Alzheimer, Trinita, una señora “mayor”, llama a su hijo Josecito, (de 54 años)
– Sí mamá, le dice Josecito, ¿qué quieres?…
– Bueno, quiero hacer una reunión con las amigas de antaño y me gustaría que me ayudes a organizarla un poco…
– Cómo no mamá, quédate tranquila que yo te arreglo todo.
– Arreglar, ¿qué???
– La fiesta, ¡Mamá!!!
– ¡¡Ah sí !! ya me había olvidado…
Esa tarde el hijo llama a la madre a la cocina, y le muestra un papel pegado en el refrigerador.
– Mamá este es el oden para servir los platos:
1 – servir té
2 – servir sándwiches
3 – servir más té
4 – servir postre
– ¡Qué bueno!!! dice la Trinita, ahora no tendré problemas… gracias hijito.
Esa tarde llegan las “chicas”…. La Trinita, como buena anfitriona las acomoda en la sala, se excusa y va a la cocina… y lee: 1 – servir té
Y les lleva té a sus amigas, en una elegante mesita… Al rato de conversar sobre sucesos actuales (“Trinita, te acuerdas cuando en 1940…”)
La trinita muy animada, va a la cocina y lee otra vez: 1 – servir té. Y les sirve más té… así lo hace 4 veces. Por fin las “chicas” se van. Una de ellas le susurra a otra mientras salen de la casa:
– Chela, ¿Viste qué mala anfitriona es Trinita? ¡¡¡Ni un té nos dio!!!
Chela, le responde:
– ¿Trinita?, ¿De qué Trinita me hablas?
Esa noche Josecito llega a la casa de su madre y se asombra al ver que los paquetes de sandwiches y postres están intactos y le pregunta a su madre:
– Mamá, ¿¿qué pasó??
Trinita le responde:
– ¡¡¡Podrás creer que las hijas de p…. no vinieron!!!