POR: FERNANDO RANGEL DE LEÓN
Este viernes 17 de marzo será el segundo fin de semana largo que comprenderá desde ese día hasta el 20 del mismo mes, en este 2017; el primero fue del 3 al 6 de febrero; novedad que se viene practicando desde febrero de 2006, en que entró en vigor la reforma del artículo 74 de la Ley Federal del Trabajo, que señaló como días de descanso obligatorio: “el primer lunes de febrero en conmemoración del 5 de febrero; el tercer lunes de marzo en conmemoración del 21 de marzo; y el tercer lunes de noviembre en conmemoración del 20 de noviembre”; habiéndose hecho la excepción en ese año, del 21 de marzo porque fue la conmemoración del bicentenario del natalicio de Benito Juárez; pues nació un día y un mes como esos en 1806, y por esa razón se conmemoró en esa fecha.
Los otros seis días de descanso obligatorio son el 1° de enero, el 1° de mayo, el 16 de septiembre, el 1° de diciembre de cada seis años, con motivo del cambio del Poder Ejecutivo Federal; y el 25 de diciembre; que no pudieron cambiarse porque el primero del año y el día del trabajo y el día de la navidad, son internacionales; y el 16 de septiembre no se concibe sin el Grito del día 15, que es la noche más mexicana del año, aquí y en el extranjero.
Las razones para hacer esa reforma a la ley laboral para crear lo que se denomina fines de semana largo, fueron acumular tres días seguidos de asueto (sábado, domingo y lunes) para la convivencia de la familia del mayor número de sus integrantes, fomentar el turismo como una importante fuente productiva en el país, eliminar los “puentes” para evitar el ausentismo laboral, y dar certeza a las fábricas y a las industrias de extracción y transformación, acerca de que sus máquinas y demás equipo de trabajo funcionarán ininterrumpidamente.
Otros países también tienen su fin de semana largo como Argentina, (donde lo denominan feriado puente), Chile, donde lo llaman “sandwich”, Estados Unidos, con su Acción de Gracias y Black Friday (viernes negro), España, Inglaterra, Francia, Italia, Portugal, Alemania, Suiza, Austria, Países Bajos, y otros.
Uno de los inconvenientes que en México se le veía al fin de semana largo, era que se podía perder la costumbre de conmemorar y celebrar los hechos históricos y los próceres, en la misma fecha en que ocurrieron, y con ello arriesgar acabar con nuestro nacionalismo patrio, ya de por sí maltrecho con la globalización mundial, el capitalismo salvaje y el liberalismo despiadado.
Afortunadamente todavía hay algunas autoridades de los tres niveles de gobierno, que celebran con diversos actos públicos la Constitución, el mero 5 de febrero; festejan el natalicio de Benito Juárez, exactamente el 21 de marzo, y desfilan precisamente el 20 de noviembre.